EL ESCRIBA
La conciencia del símbolo
PROLOGO DEL AUTOR
El artista busca sin parar una forma de expresión propia, su propio lenguaje plástico que lo vuelva único. Un lenguaje que pueda expresar su forma singular de ver el mundo y así mismo. Una simbología propia que revele su mundo interior habitado por sus propias luces y sombras.
El sabe que para ello no le será suficiente con reproducir formas anodinas, o fragmentos estéticos del recuerdo vago de la memoria. Deberá ahondar en su interior en la búsqueda de algo mucho más primigenio.
Ahondando a la par en la memoria colectiva de la humanidad y en busca del símbolo original, buscara trazar una línea de memoria de los símbolos hasta la modernidad del tiempo y el lugar que habita.
La memoria es algo imprescindible en la creación de su propio lenguaje. El artista recorre su propia historia sobre el símbolo hasta volver a resurgirlo del olvido para mostrarlo de nuevo a sus coetáneos. Con la intención de llevar a la luz el saber que esconden los símbolos.
Un Saber proveniente de un completo y desconocido vacio de la memoria, una memoria que no sabemos leer ni entender pues carece de lenguaje y dónde las fonéticas primitivas no registradas perduraron durante largo en la vibración del tiempo primigenio. Anterior a las civilizaciones antiguas incluso antes de ser concebido el Homo tal y como lo conocemos antes de que fuera Sapiens.
El arte rupestre refleja la condición de conocimiento. El conocimiento adquirido de la observación de la realidad y la preservación de los hallazgos de la memoria.
A través de la observación el Homo llena su conciencia empapada de la simple existencia, de saberse en la existencia, de saberse en la nada.
A través de la gran pulsación que esconden los latidos del universo. La infinitud de la conciencia se reconoce en la nada de la existencia. Al ser reconocido por sí mismo como existente y como ser sensible ante esta Existencia en la que habita, poco a poco buscara explicársela asimismo.
Así primero fue la gran vibración, luego la palabra y finalmente el símbolo.
EL ORIGEN DEL SÍMBOLO
Si nos remontamos a cuál sería el origen del símbolo, cabria preguntarnos cuando aparece el símbolo. Bien para poder fecharlo nos daríamos cuenta que se encuentra alrededor de unos 10.000 a.C. en la protohistoria del hombre moderno. Realmente no sabría decir a ciencia cierta que produce ese salto en el que ese hombre de la protohistoria decide poner su primera marca sobre una piedra. ¿Qué necesidad le empuja a ello? Bien en el momento en que ese homo empieza a manchar o marcar su entorno que lo rodea explicándose asimismo, recordemos las manchas de palmas de manos de Atapuerca . Ese es el primer reconocimiento del homo de sí mismo. Se ha podido plasmar, él como individuo, encima de la piedra. Esa mancha de su propia mano, una extensión de su sentido de conciencia desarrollando el sentimiento de YO.
En ese momento empieza la expansión de la conciencia. El homo grita a su alrededor “io io io” clarísima manifestación del Ego. Y sin duda ese homo se sabe asimismo. Es capaz de reconocerse a sí mismo en esa mancha, así como lo hacemos nosotros frente al espejo. Ese salto cualitativo de la conciencia y que nos conduce a la conciencia del YO o del SELF. Y el posterior desarrollo de esos símbolos que le permitirá posicionarse frente a los de su propia especie y destacar. Incluso esos símbolos llegaran a girar a su alrededor de forma casi virtual adquiriendo ese individuo o conjunto de individuos el valor y poder que se le atribuye a esos símbolos y el conocimiento que de ellos se desprende. A tener en cuenta cuando despertemos a la primera metalurgia y el valor del oro como metal adquirirá un poder inaudito por el cual los poderosos se pelearan a lo largo de la historia de la humanidad hasta nuestros tiempos por el poder del símbolo y el valor oro.
Es de vital importancia para la obra, recabar en la idea de que el primer transito que nos llevo al despertar de esa conciencia que nos reconoce frente al espejo y nos distingue de los animales. Empezó en la búsqueda del símbolo. Y el primer poder que permite desarrollar la conciencia en pensamiento luego en lenguaje luego en escritura viene a través de este símbolo iniciático.
Realmente la obra tiene un interés profundo de retratar el símbolo y su esencia. Su origen, cuando ese poder todavía carente del peso que iba a tener, ejercía su influjo de manera más equitativa con sus semejantes que tampoco eran tantos.
Tal vez esos símbolos tenían la intención de despertar los a todos a esa conciencia del YO, y por eso irrumpieron con sus símbolos y arte prehistórico en su hábitat como si de grafitis en la calle se tratase. Expresándose a ellos mismos y reconociéndose en este nuevo cambio del homo al símbolo, a la escritura, y el pensamiento.
ESCRITURA PROPIA
La necesidad de crear un lenguaje propio, con sus propios símbolos y sus propios pictogramas e ideogramas. Buscando una procedencia en el origen del símbolo y de la escritura. Hallando en la escritura cuneiforme como uno de los sistemas más antiguos de escritura. A base de marcar sobre la arcilla.
Una constante concentración en la copia de la escritura cuneiforme, entendiendo el ritmo y el tiempo necesario. En el marcaje sobre el soporte. Este proceso crea un sistema de escritura automática, gracias a la compresión del uso de la herramienta como marcador i la libertad del gesto en busca de lo propio.
A tener en cuenta cual será la motivación de la escritura propia, así como la escritura cuneiforme es motivada por el comercio y la contabilidad o el origen de la escritura islámica es el de la religión. La escritura propia deberá estar motivada por la autoexpresión.
DE LA ESCRITURA AL PENSAMIENTO Y DEL PODER A LA RELIGIÓN
El jeroglífico Egipto, La Estela de Menecta. Representa el anunciamiento en la escena mundial de Israel y la formación posteriormente del Judaísmo y el hebreo como su forma de escritura. Formada en la tierra prometida por moisés entre el Tigris y el Éufrates, el actual Israel.
Es en arameo antiguo que se escriben algunas secciones de los grandes libros de la Biblia, y en hebreo lengua emparentada con el arameo.
La Tora, libro sagrado del Judaísmo. Según la tradición común al judaísmo y al cristianismo involucra la totalidad de la revelación y enseñanza divina otorgada al pueblo de Israel.
Y dios dijo a Moisés "consigna por escrito estas palabras pues ellas contienen la alianza contigo y con Israel" éxodo 34:27
Moisés escribe los cinco primeros libros de la biblia. El Génesis la historia de la creación, el Éxodo la liberación de la esclavitud y la llegada a la tierra prometida. El Levítico, el libro de los Números y el Deuteronomio dedicado a leyes morales y de observancia religiosa. Pentateuco, se le denomina al libro de los cinco tomos.
En ella desarrollan una idea poderosa en ese momento la idea de un solo Dios, frente a los dioses politeístas de las culturas de su tiempo. Esta idea propago el judaísmo enormemente dejando una gran imprenta cultural hasta nuestros días y dará lugar a otras dos grandes religiones el Cristianismo y el Islam. Hasta el conocido conflicto actual entre Oriente medio y Occidente.
CONTEMPLACIÓN Y MELANCOLIA DEL SIMBOLO
Al llegar a este punto y contemplar la obra podría decir que mirarla detenidamente me permite pensar sobre qué es lo que estoy viendo. Un recogido de escrituras, ideogramas caracteres, símbolos. ¿Pero de quien? ¿Y qué nos dicen? Pues bien el recorrido histórico que sigue la obra a través del tiempo y puesto que en el inicio del símbolo se estructura el inicio de las sociedades hasta nuestros tiempos. Me doy cuenta que hablo sobre una cultura. Una cultura protohistórica.
Un conjunto de piezas que nos hablan de una cultura imaginaria y que el artista cree que comparte con sus semejantes y que anhela encontrar tal vez una civilización que conoció la paz. Un registro histórico imaginario que mira en el pasado previo a la historia del hombre como lo conocemos. Para desenvolver un imaginario simbólico propio que nos hable de una posible manera de expresarnos a nosotros mismos.